La Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) lidera un proyecto revolucionario que convierte los residuos amazónicos en alimentos funcionales, uniendo ciencia, sostenibilidad e innovación para fortalecer la economía rural y reducir el impacto ambiental. Esta iniciativa aprovecha cáscaras, semillas y pulpas de frutas como el cacao, camu camu y aguaje para producir harinas, aceites y bebidas saludables con alto valor nutricional y potencial de exportación. Con apoyo del MINAM, INIA y el BID, el programa se enmarca en la estrategia nacional Perú Circular Agro 2030 y busca replicarse en otras regiones del país. Además de su impacto ambiental, impulsa el emprendimiento juvenil y genera nuevas oportunidades de ingreso para comunidades amazónicas, demostrando que la innovación puede transformar desechos en desarrollo sostenible.
Fecha:Monday 20 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
La Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) está marcando un nuevo capítulo en la agroindustria peruana con un proyecto pionero que transforma residuos amazónicos en alimentos funcionales, combinando sostenibilidad, ciencia e innovación para generar desarrollo en comunidades rurales y reducir el impacto ambiental.
El programa, desarrollado por el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la UNALM, se presentó durante la Semana de la Investigación 2025, y forma parte de una iniciativa nacional para impulsar la bioeconomía circular en el país, aprovechando los subproductos del cacao, el camu camu, el aguaje y otras especies nativas.
La propuesta busca aprovechar cáscaras, semillas y pulpas residuales de frutos amazónicos que usualmente son descartadas durante el procesamiento, convirtiéndolos en snacks saludables, harinas proteicas, bebidas fermentadas y suplementos funcionales con potencial de exportación.
Según la ingeniera Rosa Alvarado, coordinadora del proyecto, “el 40 % del peso de un fruto amazónico se desperdicia en la cadena de valor. Nosotros vemos en ese ‘desecho’ una oportunidad para crear alimentos con fibra, antioxidantes y compuestos bioactivos de alto valor nutricional”.
Los investigadores de La Molina han logrado, por ejemplo:
El proyecto combina investigación científica con impacto social. Los residuos provienen de cooperativas agrícolas y agroindustrias de Loreto, Ucayali y San Martín, donde las comunidades locales colaboran en la recolección, secado y almacenamiento del material vegetal.
De esta manera, se genera una nueva fuente de ingresos rurales y se reducen los desperdicios agrícolas que antes terminaban contaminando ríos o suelos.
“El modelo permite que los productores no solo vendan la pulpa o el fruto principal, sino también el resto de su cosecha transformada en un insumo de valor. Esto mejora su rentabilidad y reduce la huella ambiental del agro amazónico”, explicó Carlos Gonzales, especialista en agroindustria de la UNALM.
El programa cuenta con el apoyo del Ministerio del Ambiente (MINAM), el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que lo seleccionó como uno de los 10 proyectos latinoamericanos más innovadores en bioeconomía.
La iniciativa forma parte de la estrategia nacional “Perú Circular Agro 2030”, que promueve el uso eficiente de recursos naturales y la transformación de residuos orgánicos en productos de valor agregado.
Los alimentos funcionales desarrollados por La Molina ya se están evaluando en laboratorios de Canadá y Alemania, con miras a obtener certificaciones internacionales que permitan su ingreso a mercados de nutrición avanzada y cosmética natural.
Entre los insumos más prometedores figuran el cacao amazónico, del cual se aprovecha la cáscara para producir harina rica en polifenoles y antioxidantes naturales, y el camu camu, una de las frutas con mayor concentración de vitamina C en el mundo.
El equipo de investigación logró mantener un 85 % del contenido vitamínico del camu camu al transformarlo en polvo liofilizado, ideal para suplementos nutricionales, bebidas instantáneas y alimentos energéticos.
Además, los subproductos de aguaje y cocona se emplean en la formulación de barras energéticas y cosméticos naturales, generando un portafolio diversificado para industrias alimentarias y farmacéuticas.
“Estamos cerrando el ciclo de la naturaleza: lo que antes se desechaba ahora alimenta y da vida a nuevos productos”, señaló la investigadora María del Pilar Silva, especialista en biotecnología alimentaria.
El proyecto también busca formar jóvenes investigadores y emprendedores rurales. Estudiantes de pregrado y posgrado de La Molina participan en el diseño de prototipos, análisis de mercado y estrategias de comercialización, integrando la ciencia con el desarrollo empresarial.
Se prevé la creación de una plataforma de emprendimientos verdes, donde productores y estudiantes puedan lanzar pequeñas empresas que comercialicen harinas, bebidas o snacks derivados de residuos amazónicos.
“Queremos que el conocimiento no se quede en el laboratorio, sino que se convierta en negocios sostenibles que beneficien directamente a las comunidades del país”, afirmó la rectora de la UNALM, Dra. Alicia Medina.
Según estimaciones de la universidad:
El proyecto aspira a replicarse en otras regiones del país, como Piura (mango y banano) y Arequipa (palta y aceituna), aplicando el mismo modelo de economía circular.
La iniciativa de la Universidad Nacional Agraria La Molina refleja el potencial de la ciencia aplicada al desarrollo sostenible. Al convertir residuos amazónicos en alimentos funcionales, el Perú no solo combate el desperdicio, sino que abre un nuevo camino de innovación para el sector agrícola y agroindustrial.