El sector agropecuario ecuatoriano enfrenta una de sus semanas más críticas del año debido a las movilizaciones indígenas y bloqueos de carreteras registrados en las provincias de Imbabura, Pichincha y Cotopaxi, que han provocado pérdidas estimadas en más de USD 20 millones, según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Los rubros más afectados son el floricultor y el lechero, pilares productivos de la Sierra centro-norte. El primero ha registrado pérdidas cercanas a los USD 14 millones, mientras que el segundo reporta un impacto aproximado de USD 1,1 millón debido a la imposibilidad de trasladar su producción hacia los centros de acopio y mercados nacionales.
Fecha:Tuesday 14 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
Los bloqueos de vías en puntos estratégicos, como la Panamericana Norte (entre Cayambe, Otavalo y Cotacachi), han impedido el transporte de flores de exportación hacia los aeropuertos de Quito y Latacunga. Esto ha generado miles de tallos desperdiciados, incumplimientos de contratos internacionales y el riesgo de perder clientes en Europa y Estados Unidos.
El ministro de Agricultura, Danilo Palacios, advirtió que “por cada día de paralización, se pierden al menos USD 2 millones en exportaciones florícolas, afectando principalmente a pequeños y medianos productores que dependen del envío semanal para sostener su flujo de caja”.
Por su parte, los productores de leche en Cotopaxi y Tungurahua han tenido que derramar parte de su producción ante la imposibilidad de entregarla a las plantas procesadoras. Solo en el sector de Lasso y Salcedo, se estima que más de 200.000 litros de leche se perdieron entre el 5 y el 7 de octubre.
“El producto no puede llegar a las fábricas, los camiones están varados, y los animales siguen produciendo. Es una situación desesperante”, declaró Marco Córdova, presidente de la Federación de Ganaderos de Cotopaxi.
Ecuador es el tercer exportador mundial de flores, y el 40 % de su producción proviene de la zona norte del país, donde las protestas se han concentrado. Los retrasos logísticos han afectado especialmente a los envíos de rosas, gypsophilas y alstroemerias, productos perecederos que dependen de una estricta cadena de frío y tiempos de exportación precisos.
Según la Expoflores, gremio que agrupa a las principales exportadoras del sector, las pérdidas no se limitan al valor de la flor destruida, sino también a los costos de logística, multas por incumplimiento de contratos y deterioro de la reputación comercial del país.
“Los compradores internacionales no entienden de protestas internas; solo quieren recibir el producto a tiempo. Este tipo de paralizaciones afecta la confianza y pone en riesgo los mercados ganados con años de esfuerzo”, explicó Alejandro Martínez, presidente ejecutivo de Expoflores.
En las comunidades rurales de Cotopaxi y Pichincha, los pequeños agricultores también sufren las consecuencias. Cultivos de papa, hortalizas, maíz y frutas no han podido ser trasladados a los mercados mayoristas de Carcelén (Quito) y Santo Domingo, lo que ha generado pérdidas y desperdicio de alimentos perecederos.
“Llevamos tres días sin poder vender nada. La verdura se daña, y los intermediarios nos dicen que ya no pueden venir”, relató María Tituana, agricultora del cantón Saquisilí.
Además del perjuicio económico, los bloqueos han comenzado a afectar el abastecimiento de productos básicos en algunas ciudades del centro y norte del país, lo que presiona los precios y amenaza con generar inflación en los alimentos durante el mes de octubre.
El presidente Daniel Noboa convocó a los líderes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) a un diálogo urgente para buscar soluciones sin afectar la producción nacional. Desde Carondelet se ha insistido en que las demandas sociales deben canalizarse sin paralizar las vías ni perjudicar a los sectores productivos.
“El campo ecuatoriano ya viene golpeado por la falta de créditos y el alto costo de los insumos. Este tipo de protestas solo profundiza la crisis y afecta directamente a las familias rurales”, sostuvo el ministro Palacios, quien además anunció la creación de una mesa técnica de emergencia agropecuaria para evaluar compensaciones y estrategias de mitigación.
El impacto del paro indígena no solo se limita al sector primario. Según la Cámara de Industrias de Quito, las pérdidas totales en transporte, comercio y manufactura superan ya los USD 60 millones, siendo el agro el más afectado por su dependencia de la logística terrestre.
Los exportadores advierten que si los bloqueos se prolongan más de una semana, el país podría perder contratos internacionales por más de USD 50 millones en flores y frutas.
“La economía rural es el corazón productivo del Ecuador. Si el campo se detiene, se paraliza toda la cadena agroexportadora”, afirmó Rodrigo Gómez de la Torre, representante del Comité Empresarial Ecuatoriano.
El paro indígena de octubre de 2025 se suma a una serie de episodios de conflicto social que han golpeado reiteradamente al sector agropecuario ecuatoriano. Aunque las demandas sociales son legítimas, la falta de mecanismos de negociación sostenibles sigue afectando a quienes menos pueden absorber las pérdidas: los agricultores, ganaderos y trabajadores rurales.
Con cada día de bloqueo, miles de familias campesinas pierden ingresos, los precios se distorsionan y la reputación exportadora del país se debilita. En palabras del ministro Palacios:
“El agro no tiene color político. Es el alimento del país y la fuente de trabajo de millones. Si el campo se detiene, el Ecuador se detiene.”