El sector agroexportador colombiano atraviesa un momento de preocupación ante la caída global de los precios de las materias primas agrícolas, en un contexto marcado por el fortalecimiento del dólar estadounidense, la desaceleración económica mundial y una demanda internacional debilitada.
De acuerdo con un análisis del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, los principales productos de exportación —como el café, el cacao, las flores y el banano— registraron descensos en sus precios internacionales de entre 8 % y 15 % durante septiembre y octubre de 2025, lo que podría reducir los ingresos del país por ventas externas en más de USD 600 millones hacia finales del año.
Fecha:Tuesday 14 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
El café, emblema del agro colombiano, ha sido uno de los productos más golpeados. Según la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el precio de la libra de café en la Bolsa de Nueva York cayó de US$ 2,12 a US$ 1,78, su nivel más bajo desde 2023.
Aunque la producción nacional alcanzó un récord de 14,87 millones de sacos en el último año cafetero (octubre 2024–septiembre 2025), el ingreso de los productores no ha aumentado en la misma proporción debido a la caída del precio internacional y la apreciación del dólar frente al peso colombiano.
“Estamos en una coyuntura compleja: tenemos buena producción, pero menores precios. El fortalecimiento del dólar encarece los insumos importados y reduce los márgenes de rentabilidad”, explicó Gildardo Montero, analista de la Federación Nacional de Cafeteros.
Los pequeños caficultores —que representan el 95 % del total de productores— son los más vulnerables, pues enfrentan un aumento del 12 % en costos de fertilizantes y agroquímicos en lo que va del año, mientras el valor de venta del grano cae.
El cacao, otro de los productos estratégicos de la canasta exportadora agrícola colombiana, también muestra una tendencia descendente. En los mercados de Londres y Nueva York, el precio promedio del quintal se redujo en 9 % durante septiembre, afectando las operaciones de cooperativas productoras en departamentos como Arauca, Santander y Nariño.
“El cacao fino colombiano tiene buena demanda, pero los precios internacionales están deprimidos por la sobreoferta africana y la caída del consumo de chocolate en Europa”, señaló María Teresa Cortés, directora de la Asociación Nacional de Cacaoteros (Fedecacao).
El sector floricultor, que tradicionalmente se beneficia de la devaluación, también reporta dificultades. Aunque el dólar alto mejora la competitividad exportadora, el incremento de los costos de transporte, fertilizantes y empaques reduce la rentabilidad. Además, la menor demanda en Europa y Norteamérica por flores cortadas durante el tercer trimestre de 2025 ha generado una baja del 6 % en los volúmenes de exportación.
“El mercado internacional se ha desacelerado y los consumidores están priorizando bienes esenciales. Esto golpea a sectores sensibles como el nuestro, donde el margen es cada vez más estrecho”, comentó Augusto Solano, presidente de Asocolflores.
En contraste, los sectores del banano y la palma de aceite han mostrado una mayor resistencia frente al ciclo de precios. Las exportaciones de banano hacia Europa se mantienen estables en US$ 860 millones anuales, mientras que el aceite de palma conserva una demanda sólida en países de Asia y África.
Sin embargo, los analistas advierten que estos segmentos no son inmunes a los efectos de la caída general de los commodities agrícolas. “Si el dólar sigue fortaleciéndose y la economía global se enfría más, el impacto llegará también al banano y la palma. Es solo cuestión de tiempo”, advirtió Andrés Cárdenas, economista de la Universidad Nacional.
La tendencia bajista responde principalmente a tres factores estructurales:
Fortalecimiento del dólar estadounidense: el billete verde alcanzó su nivel más alto en 18 meses frente a las principales monedas emergentes, lo que encarece las exportaciones agrícolas y reduce la competitividad de países latinoamericanos.
Menor demanda global: el consumo de productos agrícolas no esenciales, como flores, cacao o café, se ha contraído por la desaceleración económica en Europa y Asia.
Sobreoferta internacional: países como Brasil, Vietnam e Indonesia han aumentado su producción, inundando los mercados con excedentes que presionan los precios a la baja.
Ante este panorama, el Gobierno colombiano anunció la activación del Comité de Seguimiento a Precios Agropecuarios Internacionales, integrado por los ministerios de Agricultura, Comercio y Hacienda, junto con representantes del Banco de la República y asociaciones gremiales.
Entre las medidas propuestas se incluyen:
Créditos de emergencia para pequeños productores a través de Finagro y el Banco Agrario, con tasas subsidiadas.
Promoción de exportaciones a nuevos mercados en Asia y Medio Oriente.
Programas de diversificación productiva, especialmente en zonas cafeteras, para reducir la dependencia de un solo cultivo.
Incentivos a la agroindustrialización local, con el fin de agregar valor a productos como el cacao y el café antes de su exportación.
“El país no puede seguir dependiendo únicamente del precio internacional del café. Necesitamos fortalecer la transformación local y promover la diversificación productiva”, afirmó la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica.
Aunque la caída de precios internacionales representa un reto para la economía rural, también ofrece una oportunidad de transformación estructural para el agro colombiano. Los expertos coinciden en que el país debe apostar por valor agregado, innovación tecnológica y mercados diferenciados (como cafés especiales o cacao premium) para reducir su vulnerabilidad frente a los vaivenes externos.
“La competitividad del agro colombiano dependerá de su capacidad para adaptarse a los nuevos patrones globales. No basta con producir más: hay que producir mejor y vender de manera más inteligente”, concluyó Carlos Varela, consultor agroindustrial y exasesor de la SAC.