El agro colombiano se consolida como uno de los motores más fuertes de la economía, con un crecimiento del 3,8 % en el segundo trimestre de 2025 según el DANE y la UPRA. Este desempeño lo ubica como la tercera actividad más dinámica del país, solo detrás de la industria y el entretenimiento. Entre enero y junio acumuló un 5,3 % de expansión, representando el 10,5 % del valor agregado nacional. Su fuerza radica en la diversificación productiva, que va más allá del café para incluir palma, banano, flores, cacao y aguacate hass. Con programas de tecnificación, créditos blandos y acceso a mercados internacionales, el sector refuerza su papel estratégico. Los expertos proyectan que, de mantenerse la tendencia, el agro cerrará 2025 con más de 5 % de crecimiento, consolidando su rol en divisas, empleo rural y seguridad alimentaria.
Fecha:Friday 22 Aug de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
El sector agropecuario colombiano se consolida como uno de los pilares más sólidos de la economía nacional. De acuerdo con cifras oficiales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y reportes de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), el agro creció 3,8 % en el segundo trimestre de 2025, posicionándose como la tercera actividad económica con mayor dinamismo, solo detrás de la industria manufacturera y las actividades artísticas y de entretenimiento.
Mientras otros sectores productivos enfrentan estancamiento debido a la coyuntura económica internacional y a la inflación interna, el agro mantiene un desempeño positivo. Entre enero y junio de 2025, acumuló un crecimiento del 5,3 %, alcanzando una participación del 10,5 % del valor agregado bruto del país. Este comportamiento lo ratifica como un motor de estabilidad y crecimiento en un contexto marcado por incertidumbre financiera.
Los gremios agrícolas resaltan que este avance no se debe únicamente al café, tradicional emblema del país, sino también al crecimiento en cadenas como palma de aceite, banano, flores, cacao, aguacate hass y productos pecuarios. La diversificación de la producción ha permitido reducir la vulnerabilidad frente a la volatilidad de los precios internacionales, generando mayor resiliencia en la balanza comercial.
El Gobierno Nacional, en conjunto con asociaciones de productores, ha implementado programas de tecnificación del campo, acceso a créditos blandos y estímulos a la exportación de productos no tradicionales. Adicionalmente, la firma de nuevos acuerdos comerciales y la consolidación de mercados como Estados Unidos, Europa y Asia han ampliado las oportunidades para los agricultores colombianos.
A pesar de los buenos resultados, el sector enfrenta grandes desafíos. Entre ellos, la persistencia de brechas tecnológicas en pequeños productores, el acceso limitado a infraestructura de riego y almacenamiento, y los impactos del cambio climático sobre la producción. Las heladas en Cundinamarca y Boyacá, así como la variabilidad en lluvias en la región Caribe, siguen siendo factores de riesgo.
Expertos proyectan que si se mantiene el ritmo de crecimiento, el agro colombiano podría cerrar 2025 con una expansión superior al 5 % anual, contribuyendo significativamente a la generación de divisas y a la seguridad alimentaria nacional. Además, se espera que el campo continúe liderando la creación de empleo rural, fortaleciendo su papel no solo en la economía, sino también en la cohesión social y territorial.