Chile impulsa nueva estrategia para fortalecer la cadena del trigo y garantizar un pan más justo y sostenible

La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) anunció una agenda inédita que busca transformar la cadena de valor del trigo en Chile, en respuesta a la alta dependencia del grano importado y a la necesidad de mayor transparencia y sostenibilidad en el sector.

Dependencia del trigo importado

Chile enfrenta un desafío estructural: gran parte del trigo que se consume en el país proviene del extranjero, lo que genera vulnerabilidad frente a las fluctuaciones internacionales de precios y disponibilidad. Esta situación ha motivado al Estado, agricultores y molineros a trabajar en conjunto para diseñar mecanismos que fortalezcan la producción nacional y den mayor estabilidad al mercado interno.

Agricultura de Contrato y Red de Información

Como parte de esta estrategia, se lanzó la iniciativa de Agricultura de Contrato, que permitirá establecer acuerdos más claros y equitativos entre productores y molineros. El objetivo es asegurar precios justos, condiciones de compra transparentes y fomentar la confianza entre los actores de la cadena.

Además, se creó una Red de Información en Calidad de Trigo, que servirá como plataforma para compartir datos técnicos, estándares de calidad y buenas prácticas. Esta herramienta busca mejorar la competitividad del trigo chileno y garantizar que los consumidores reciban un producto de mayor valor nutricional y sostenible.

El pan, protagonista en los hogares chilenos

El impacto de estas medidas es significativo, considerando que el pan es el alimento con mayor gasto en los hogares chilenos. Según Odepa, el 93% de los hogares destina en promedio $28.000 mensuales a la compra de pan, lo que equivale a 18 kilos por hogar. Esta cifra refleja la centralidad del pan en la dieta nacional y la importancia de asegurar una cadena de suministro estable y justa.

Hacia una cadena más justa y sostenible

La iniciativa no solo busca mejorar la economía agrícola, sino también avanzar hacia un modelo más sostenible. Al reducir la dependencia de importaciones y fortalecer la producción local, se espera disminuir la huella ambiental asociada al transporte internacional y promover prácticas agrícolas responsables.

Conclusión

Chile está dando un paso decisivo hacia la construcción de una cadena del trigo más justa, transparente y sostenible, donde agricultores, molineros y consumidores se beneficien por igual. La apuesta por la Agricultura de Contrato y la Red de Información en Calidad de Trigo marca el inicio de una nueva etapa en la política agroalimentaria del país, con el pan como símbolo de identidad y seguridad alimentaria