En un paso significativo para la identidad cultural y económica del país, la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó esta semana un proyecto de ley que busca declarar al vino y al pisco como bebidas nacionales de Chile. Esta iniciativa, que ahora avanza hacia su discusión en sala, representa un reconocimiento formal al valor patrimonial, histórico y productivo de dos de los productos más emblemáticos del agro chileno.
Fecha:Wednesday 29 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
El vino chileno no solo es símbolo de tradición y excelencia, sino también un motor económico de gran relevancia. Con exportaciones que posicionan a Chile como el cuarto exportador mundial de vino, la industria vitivinícola ha logrado consolidarse en mercados internacionales gracias a su calidad, diversidad de cepas y compromiso con la sostenibilidad. Desde el Valle del Maipo hasta el Valle de Colchagua, el vino chileno ha sido embajador de la cultura nacional en ferias, concursos y mesas de todo el mundo.
Por su parte, el pisco chileno —con denominación de origen reconocida desde 1931— representa una tradición profundamente arraigada en las regiones de Atacama y Coquimbo. Elaborado a partir de uvas moscatel y destilado con técnicas que combinan saberes ancestrales y tecnología moderna, el pisco ha ganado terreno como producto de exportación y como símbolo de identidad regional. La declaración como bebida nacional fortalecería su posicionamiento frente a disputas internacionales y abriría nuevas oportunidades de promoción.
De aprobarse la ley, el Ministerio de Agricultura asumiría el liderazgo en la promoción de ambas bebidas como patrimonio cultural, articulando esfuerzos con gremios, productores y entidades turísticas. Se espera que esta medida impulse campañas educativas, festivales temáticos y estrategias de posicionamiento internacional que refuercen el vínculo entre territorio, tradición y producto.
La Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y diversas asociaciones de productores han celebrado la aprobación en comisión como un hito que reconoce décadas de esfuerzo, innovación y resiliencia. “Es una señal potente de que el país valora su agroindustria no solo por su aporte económico, sino por su capacidad de representar lo mejor de nuestra cultura”, señaló un vocero de Vinos de Chile.
La declaración oficial como bebidas nacionales podría abrir nuevas puertas en tratados comerciales, certificaciones de origen y estrategias de marca país. Sin embargo, expertos advierten que será clave acompañar esta medida con políticas de apoyo a pequeños productores, inversión en innovación y fortalecimiento de la trazabilidad.
Este proyecto de ley no solo busca proteger y promover dos productos icónicos, sino también reafirmar el vínculo entre el agro chileno y su identidad cultural. En un contexto global donde la diferenciación y el valor simbólico son cada vez más relevantes, Chile apuesta por elevar su vino y su pisco al lugar que merecen: el corazón de su patrimonio nacional.