Bolivia en alerta: escasez de diésel amenaza la producción y el comercio agroindustrial

SUCESO IMPORTANTE EN EL SECTOR AGRICOLA

En Bolivia, la agroindustria enfrenta una creciente preocupación por la escasez de diésel, un insumo clave para la producción, transporte y procesamiento de alimentos. La falta de combustible, que afecta a regiones como Santa Cruz, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca, ya provoca retrasos en cosechas, aumento de costos logísticos y riesgo para el cumplimiento de exportaciones. Productores y transportistas advierten que la situación compromete la competitividad frente a mercados internacionales. El Gobierno, a través del Ministerio de Hidrocarburos y YPFB, ha anunciado medidas urgentes como importaciones aceleradas y centros de distribución exclusivos para el sector agrícola. Sin embargo, expertos alertan que, de prolongarse la crisis, las pérdidas podrían superar los USD 120 millones, impactando empleo, producción y precios de alimentos. Este escenario subraya la necesidad de políticas sostenibles que reduzcan la dependencia del diésel importado y fortalezcan la resiliencia del sector agroindustrial.

Bolivia en alerta: escasez de diésel amenaza la producción y el comercio agroindustrial

Fecha:
Tuesday 12 Aug de 2025

Gestor:
INSTITUTO IDIAT

En las últimas semanas, la agroindustria boliviana ha encendido sus alarmas ante la creciente escasez de diésel, un insumo estratégico para la producción, transporte y procesamiento de alimentos en el país. El problema, que ya afecta a varias regiones productoras, amenaza con interrumpir el ciclo agrícola, encarecer los costos y poner en riesgo la seguridad alimentaria interna, además de comprometer los compromisos de exportación.

De acuerdo con reportes de asociaciones de productores y transportistas, las filas en estaciones de servicio en departamentos como Santa Cruz, Cochabamba, Tarija y Chuquisaca se han vuelto recurrentes. Agricultores reportan retrasos en la entrega de insumos, limitaciones para el transporte de granos, frutas, hortalizas y carnes, y un aumento en los costos logísticos que en algunos casos supera el 15 %.

Un insumo vital para el campo y la industria

El diésel es fundamental en toda la cadena productiva agroindustrial: desde la preparación de suelos y la cosecha mecanizada, hasta el transporte de productos hacia plantas de procesamiento y mercados. En el sector avícola, por ejemplo, el combustible es clave para garantizar el traslado de maíz y soya a granjas de engorde, y su ausencia podría generar desabastecimiento de alimentos balanceados.

Los productores de caña de azúcar, arroz, maíz y soya advierten que la falta de diésel en plena temporada de cosecha podría ocasionar pérdidas millonarias, ya que las cosechadoras, secadoras y sistemas de riego dependen directamente de este combustible.

Reacciones del sector productivo

La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) manifestó su preocupación, señalando que “sin un abastecimiento constante de diésel, la competitividad de la agroindustria boliviana se ve comprometida, especialmente frente a mercados internacionales que exigen puntualidad en los envíos”.

Por su parte, asociaciones de transportistas de carga pesada advierten que la escasez no solo encarece el flete, sino que además genera incumplimientos en contratos de exportación, con posibles penalidades comerciales.

Respuesta del Gobierno

El Ministerio de Hidrocarburos y Energías reconoció las dificultades, pero aseguró que se están acelerando las importaciones de diésel y que YPFB trabaja en un plan logístico para priorizar el suministro al sector productivo. Asimismo, se evalúa la implementación de centros de distribución exclusivos para la agroindustria, con el fin de evitar la competencia directa con el consumo urbano.

El ministro Franklin Molina explicó que parte de la escasez responde al incremento de la demanda estacional y a retrasos en la cadena de importación, exacerbados por factores internacionales como el alza de precios y la limitada disponibilidad en países proveedores.

Impacto económico potencial

Especialistas advierten que, si el problema no se resuelve en las próximas semanas, podría producirse:

  • Aumento en los precios de alimentos debido al alza en los costos de transporte y producción.
  • Pérdida de mercados de exportación por incumplimientos de entrega.
  • Reducción de márgenes de ganancia para pequeños y medianos productores, lo que podría llevar a una disminución en la siembra futura.

Según proyecciones de la Fundación Milenio, la agroindustria boliviana podría perder entre USD 80 y 120 millones si la crisis se prolonga por más de dos meses, afectando no solo a grandes exportadores, sino también a la economía rural y al empleo.

Perspectivas y desafíos

Mientras el Gobierno refuerza su logística de abastecimiento, gremios del sector insisten en la necesidad de políticas a largo plazo que reduzcan la dependencia del diésel importado. Entre las alternativas planteadas están:

  • Incentivar el uso de biocombustibles producidos localmente.
  • Promover la electrificación de maquinaria agrícola en zonas con acceso a energía.
  • Desarrollar sistemas de almacenamiento estratégico de combustible para épocas de alta demanda.

La crisis actual no solo refleja un problema coyuntural, sino que expone la vulnerabilidad de un sector que aporta cerca del 13 % del PIB nacional y es pilar fundamental de las exportaciones no tradicionales del país.

Conclusión:
La escasez de diésel en Bolivia se perfila como un desafío crítico para el 2025, con implicaciones directas en la agroindustria, el comercio y la seguridad alimentaria. La pronta acción gubernamental y la articulación con productores y transportistas serán determinantes para evitar que esta coyuntura se convierta en una crisis prolongada que afecte la estabilidad económica y social del país.

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