Perú reafirmó su posición como uno de los países más importantes en la conservación y desarrollo del cacao a nivel global. Durante la exposición nacional “Semillas del Perú”, productores del desarrollo alternativo, investigadores y organismos del Estado presentaron las variedades de cacao que conforman el 72% del acervo genético mundial de esta especie, un patrimonio biológico que convierte al país en un actor esencial para el futuro del cultivo, la investigación agrícola y la industria chocolatera internacional.
La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) destacó que Perú es custodio genético del cacao, al conservar 18 de los 25 grupos conocidos en el mundo. Este nivel de diversidad coloca al país en una posición estratégica frente a los desafíos globales del cultivo, especialmente ante enfermedades emergentes, impactos climáticos y la necesidad de desarrollar variedades más resistentes y de mayor calidad.
La diversidad de cacao peruano se explica por factores geográficos, históricos y culturales. Desde la Amazonía hasta zonas de ceja de selva, los productores han preservado variedades milenarias como:
cacao nativo,
cacaos finos de aroma,
tipos criollos,
híbridos locales,
materiales de alto valor para la industria gourmet.
Esta diversidad genética permite al Perú:
desarrollar nuevas variedades más resistentes a plagas y enfermedades,
mejorar la calidad del grano,
potenciar el cacao fino de aroma,
fortalecer la resiliencia climática del cultivo,
expandir la productividad sostenible en zonas rurales vulnerables.
Con el avance de enfermedades como la moniliasis y el mal de las mazorcas negras, la industria global del chocolate enfrenta riesgos crecientes.
El acceso al acervo genético peruano se ha convertido en un recurso imprescindible para:
programas de mejoramiento genético en América Latina, África y Asia,
investigación científica internacional,
bancos de germoplasma,
desarrollo de variedades premium.
Expertos señalan que sin la diversidad genética conservada en Perú, el futuro del cacao en el mundo sería mucho más vulnerable.
La exposición “Semillas del Perú” también puso en evidencia el trabajo de miles de productores vinculados al desarrollo alternativo, que han encontrado en el cacao una oportunidad sostenible para reemplazar cultivos ilícitos y fortalecer economías locales.
Gracias a los programas de Devida y a la articulación con cooperativas rurales, el cacao peruano se ha convertido en:
un motor de inclusión económica,
una fuente de empleo formal,
un cultivo de exportación de alto valor,
un pilar de la diplomacia agrícola peruana.
En los últimos años, Perú ha consolidado avances significativos:
expansión de áreas de producción,
crecimiento de cooperativas y asociaciones chocolateras,
acceso a mercados internacionales especializados,
reconocimiento de cacaos de origen en ferias globales,
impulso de cadenas sostenibles certificadas.
El país se ha posicionado como uno de los principales productores de cacao fino de aroma, categoría en la que concentra más del 90% de su producción exportable.
Investigadores destacaron que preservar este patrimonio genético exige inversiones constantes en:
bancos de germoplasma,
centros experimentales amazónicos,
programas de investigación participativa con agricultores,
innovación en manejo agrícola sostenible.
Además, se subraya la necesidad de proteger el material genético del cacao frente a amenazas como:
el cambio climático,
la deforestación,
la erosión genética,
el comercio ilegal de semillas.
Perú no solo es un productor relevante de cacao, sino también el guardián del material genético que garantiza el futuro del cultivo en el planeta.
La combinación de biodiversidad, conocimiento ancestral y desarrollo alternativo convierte al país en un socio clave para la investigación, la innovación agrícola y la seguridad alimentaria global.
El reto a partir de ahora será consolidar este liderazgo con políticas públicas estables, inversión científica y protección efectiva del patrimonio genético que sostiene la riqueza del cacao peruano