Brasil, reconocido como una potencia agrícola global, también encabeza en 2025 el número absoluto de siniestros laborales en el sector agrícola en América Latina. Este fenómeno no responde a un único factor, sino a la magnitud de su fuerza laboral rural, la extensión de su agroindustria y el uso intensivo de tecnologías productivas, que elevan la exposición a riesgos laborales. Especialistas en seguridad y salud en el trabajo coinciden en que Brasil lidera en cantidad total de siniestros, aunque no necesariamente en la tasa de accidentes por trabajador, una distinción clave para entender el fenómeno en su real dimensión.
Uno de los principales factores que explica esta situación es que Brasil cuenta con la mayor población laboral agrícola de América Latina, con millones de trabajadores distribuidos entre agricultura extensiva, ganadería, agroindustria y actividades conexas.
Esta gran masa laboral implica:
Más horas-hombre expuestas a riesgos.
Mayor número absoluto de accidentes, incluso con protocolos de seguridad.
Dificultad para supervisar de forma homogénea territorios rurales extensos.
En términos comparativos, ningún otro país latinoamericano combina tanta superficie productiva y tantos trabajadores agrícolas como Brasil.
Brasil posee extensas áreas de agroindustria altamente mecanizada, especialmente en cultivos como soja, maíz, caña de azúcar y en la ganadería a gran escala. Si bien la mecanización ha elevado la productividad y eficiencia del agro brasileño, también ha incrementado la exposición a riesgos asociados a maquinaria pesada.
Los accidentes más frecuentes están vinculados a:
Tractores, cosechadoras y equipos autopropulsados.
Sistemas de transporte interno y carga.
Fallas mecánicas o errores operativos durante largas jornadas laborales.
Este escenario es común en regiones donde la producción se realiza a gran escala y con ritmos intensivos, especialmente en épocas de siembra y cosecha.
Otro elemento central en la siniestralidad agrícola brasileña es el uso intensivo de agroquímicos, necesario para sostener altos niveles de productividad. La manipulación, aplicación y almacenamiento de estos insumos representa un riesgo significativo para la salud de los trabajadores, sobre todo cuando no se cumplen de manera estricta los protocolos de protección personal.
Los siniestros asociados a agroquímicos incluyen:
Intoxicaciones agudas y crónicas.
Accidentes durante la preparación de mezclas.
Exposición prolongada sin equipos de protección adecuados.
Los registros históricos del sistema de seguridad social brasileño muestran que el sector agropecuario se mantiene año tras año entre las actividades con mayor número de accidentes laborales. Este patrón confirma que la siniestralidad no es un fenómeno aislado de 2025, sino un desafío estructural asociado al tamaño y complejidad del sector.
La formalización del empleo agrícola en Brasil, en comparación con otros países de la región, también implica mayor capacidad de registro, lo que contribuye a que los siniestros sean más visibles estadísticamente.
Expertos subrayan una distinción fundamental:
⚠️ Brasil lidera en número total de siniestros, no necesariamente en la tasa de accidentes por trabajador.
Esto significa que:
Otros países pueden presentar mayor riesgo individual por trabajador.
Brasil refleja el impacto del volumen de su sector agrícola, más que una falta generalizada de controles.
La siniestralidad debe analizarse considerando tamaño del sector, nivel de formalidad y exposición tecnológica.
El escenario plantea importantes retos para el país:
Fortalecer la capacitación en seguridad y operación de maquinaria.
Mejorar el control en el uso de agroquímicos.
Ampliar programas de prevención y salud ocupacional en zonas rurales.
Integrar tecnología (sensores, monitoreo, IA) para reducir riesgos humanos.
Brasil ya ha avanzado en normativas y programas de prevención, pero el tamaño del sector exige esfuerzos constantes y focalizados.
El caso brasileño pone en evidencia un dilema clave del agro moderno: cómo sostener altos niveles de productividad sin incrementar los riesgos laborales. En un país que alimenta a gran parte del mundo, la seguridad del trabajador agrícola se convierte en un factor estratégico, tanto social como económico.
En 2025, Brasil sigue siendo líder agrícola regional y global, pero también enfrenta el desafío de transformar ese liderazgo productivo en un referente de seguridad y prevención laboral en el agro, una tarea clave para el futuro del sector en América Latina.