Decenas de productores agrícolas en México protagonizaron bloqueos en carreteras y manifestaciones en distintos estados del país, exigiendo una mejor remuneración por sus cosechas y la intervención del gobierno ante la caída sostenida de los precios de los cultivos básicos.
La protesta, que tuvo su epicentro en regiones productoras de maíz, sorgo, frijol y caña de azúcar, pone de manifiesto la difícil situación económica que atraviesan los pequeños y medianos agricultores ante el incremento de costos de producción y la falta de mecanismos de protección frente a la volatilidad de los mercados.
Fecha:Tuesday 04 Nov de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
Según representantes de las uniones agrícolas, los precios de compra establecidos por intermediarios y acopiadores se han desplomado hasta un 30 % por debajo del costo de producción, lo que ha dejado a miles de familias rurales en riesgo de pérdidas totales.
Las manifestaciones se concentraron en estados como Sinaloa, Sonora, Michoacán, Veracruz y Chihuahua, donde los agricultores bloquearon temporalmente tramos de las autopistas federales y accesos a plantas de almacenamiento de granos.
“El campo mexicano está en crisis. No podemos seguir produciendo a pérdida mientras aumentan los costos del diésel, fertilizantes y transporte”, declaró Juan González, vocero del Movimiento Nacional de Productores Agrícolas.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) informó que se encuentra en diálogo con los dirigentes de los movimientos campesinos para buscar alternativas de compensación y reactivación.
Entre las medidas analizadas se incluyen la creación de un fondo de estabilización de precios agrícolas, el fortalecimiento de los esquemas de comercialización directa y el impulso a programas de compras públicas para garantizar precios de sustentación.
No obstante, los líderes campesinos advirtieron que mantendrán las protestas si no se logran acuerdos concretos en las próximas semanas. “Queremos soluciones reales, no promesas. Los productores ya no pueden esperar más”, señalaron desde el Frente Nacional del Campo.
La caída de precios ha afectado principalmente a los productores de pequeña escala, quienes dependen del ciclo agrícola para sostener su economía familiar. Según estimaciones del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), más de un millón de hectáreas de cultivos básicos podrían enfrentar pérdidas financieras si no se estabilizan los precios antes de fin de año.
Además, el encarecimiento de los insumos agrícolas, agravado por las tensiones internacionales y el aumento del costo del transporte, ha reducido los márgenes de rentabilidad de la mayoría de los productores. Esto ha generado preocupación sobre la posible reducción de la siembra en 2026, con efectos directos en el abastecimiento interno de alimentos.
Expertos en economía rural destacan que la protesta evidencia una brecha estructural entre productores y comercializadores, en un sistema donde los primeros reciben una fracción mínima del valor final que pagan los consumidores.
También subrayan la falta de infraestructura de almacenamiento, financiamiento accesible y políticas sostenidas de tecnificación del campo, factores que limitan la competitividad del sector.
La situación ha reabierto el debate sobre la necesidad de reformar los mecanismos de apoyo agrícola y reorientar los subsidios hacia la producción sustentable, la asociatividad y la creación de cadenas de valor más equitativas.
Las movilizaciones de los agricultores mexicanos reflejan una profunda preocupación por el futuro del campo y por la rentabilidad de la producción nacional de alimentos.
Mientras el gobierno busca salidas a corto plazo, los expertos coinciden en que la solución debe ser estructural: fortalecer la organización de los productores, garantizar precios justos y promover políticas que aseguren la sostenibilidad económica y social del agro mexicano frente a la incertidumbre de los mercados globales.