Producción de café cae 22 % en junio pese a repunte exportador: resiliencia en un entorno climático adverso

SUCESO IMPORTANTE EN EL SECTOR AGRICOLA

La producción de café sufrió una caída interanual del 22 % en junio de 2025 debido a lluvias intensas, sumando tres meses consecutivos a la baja. No obstante, las exportaciones aumentaron un 6 % gracias a inventarios previos y buena demanda externa. En el acumulado semestral, tanto producción como exportaciones muestran crecimiento, evidenciando capacidad de adaptación. El sector cafetalero enfrenta retos climáticos, pero mantiene su rol clave en la economía.

Producción de café cae 22 % en junio pese a repunte exportador: resiliencia en un entorno climático adverso

Fecha:
Friday 11 Jul de 2025

Gestor:
INSTITUTO IDIAT

Fuerte retroceso en junio: lluvias intensas afectan cosechas

El mes de junio cerró con una baja significativa en la producción de café, registrando solo 909 000 sacos de 60 kg, lo que representa una caída del 22 % respecto al mismo mes del año anterior. Esta disminución se atribuye principalmente a las lluvias intensas que afectaron las zonas cafetaleras del país, provocando retrasos en la cosecha, caída prematura de frutos y complicaciones logísticas. Se trata de la tercera contracción mensual consecutiva, una señal preocupante para los productores.

Las condiciones climáticas adversas interrumpieron los ciclos normales de recolección y afectaron la madurez uniforme del grano. En algunas regiones, las precipitaciones impidieron el ingreso de maquinaria o trabajadores a las fincas, lo que redujo el ritmo habitual de cosecha. A esto se suma el riesgo de enfermedades como la roya o el ojo de gallo, que encuentran condiciones ideales de humedad para expandirse. La variabilidad climática sigue siendo uno de los desafíos más importantes para el agro, en especial para cultivos sensibles como el café.

 

Exportaciones al alza: demanda externa y logística eficiente

A pesar del revés productivo, las exportaciones de café en junio crecieron un 6 % en comparación con el mismo mes de 2024, alcanzando un volumen de 1 080 000 sacos. Este aumento se explica por varios factores: la utilización de inventarios acumulados en meses anteriores, una demanda internacional sostenida y mejoras en la cadena logística que permitieron cumplir con los compromisos comerciales. El buen desempeño exportador alivió parcialmente el impacto de la caída en campo.

Las empresas exportadoras lograron anticiparse al problema climático, ajustando sus estrategias de acopio y distribución. Además, los contratos a futuro y las relaciones comerciales consolidadas facilitaron el cumplimiento de envíos, a pesar del menor volumen cosechado. En los principales puertos, la actividad fue dinámica, con embarques hacia mercados tradicionales como Estados Unidos, Alemania y Japón, así como hacia compradores emergentes en Asia y Medio Oriente. Esta resiliencia exportadora es clave para mantener los ingresos del sector.

 

Balance semestral positivo: recuperación en perspectiva

Aunque junio fue un mes negativo, el balance del primer semestre del año muestra una tendencia más favorable. Entre enero y junio, la producción acumulada de café aumentó un 7 % respecto al mismo periodo de 2024. Este crecimiento refleja una buena cosecha en los primeros meses del año, especialmente durante la llamada “floración principal”, que se benefició de condiciones climáticas estables. Las exportaciones también mostraron un alza acumulada del 11 %, impulsadas por la recuperación económica global y la apreciación del café en mercados internacionales.

Estos datos permiten dimensionar la coyuntura con mayor perspectiva. El descenso de junio, aunque significativo, no ha borrado los avances del primer semestre. Las organizaciones de productores, cooperativas y comercializadores trabajan ahora para asegurar que la segunda mitad del año mantenga la tendencia positiva, a pesar de los desafíos climáticos. El comportamiento del clima entre julio y septiembre será determinante, especialmente en zonas altas donde la recolección aún no culmina.

 

Variabilidad climática: un reto persistente para los caficultores

La agricultura y, en particular, el cultivo de café, es una de las actividades más expuestas a los cambios y extremos del clima. Las lluvias intensas de junio no son un fenómeno aislado: se enmarcan en una mayor variabilidad que se ha manifestado también en forma de sequías, heladas o vientos extremos en otras épocas del año. Este patrón climático irregular complica la planificación productiva y obliga a los caficultores a adoptar nuevas estrategias de adaptación.

La falta de previsibilidad limita la efectividad de los calendarios agrícolas tradicionales y encarece los costos de producción. Las inversiones en drenaje, control de plagas, protección de cultivos y seguros agrícolas se vuelven cada vez más necesarias. Algunos productores han comenzado a diversificar cultivos o a introducir prácticas agroforestales que mejoran la resistencia del ecosistema. Sin embargo, estas medidas requieren apoyo técnico y financiamiento, lo que no siempre está disponible para pequeños caficultores.

 

Tecnología y sostenibilidad: claves para enfrentar el nuevo contexto

Ante la creciente exposición climática, la tecnología emerge como un aliado indispensable del sector cafetalero. Desde estaciones meteorológicas en finca hasta sensores de humedad en el suelo, pasando por aplicaciones móviles que alertan sobre condiciones adversas, los productores están incorporando herramientas que permiten anticiparse a los eventos extremos. La digitalización de procesos también ha facilitado la trazabilidad del grano y la eficiencia en el manejo postcosecha.

Al mismo tiempo, la sostenibilidad se consolida como un eje estructural de la estrategia cafetera. Los mercados internacionales valoran cada vez más el café producido bajo criterios ambientales y sociales. Certificaciones como Rainforest Alliance, Orgánico o Comercio Justo abren nuevas oportunidades comerciales y fomentan prácticas resilientes. El uso racional del agua, la conservación del bosque nativo y el respeto por los derechos laborales son ahora parte del estándar competitivo. Esta transformación requiere inversión y formación, pero también permite construir un modelo más robusto y justo.

 

Pequeños productores: los más vulnerables frente a la inestabilidad

La mayor parte del café en América Latina es producido por pequeños agricultores, con menos de 5 hectáreas de cultivo. Estos productores suelen tener menor acceso a crédito, tecnología y servicios de extensión, lo que los deja más expuestos a las fluctuaciones climáticas y de mercado. En contextos de lluvias intensas como las de junio, sus fincas son las primeras en sufrir daños por erosión, inundación o enfermedades. La pérdida parcial de la cosecha representa una amenaza directa a su subsistencia.

La organización comunitaria y el cooperativismo han sido herramientas eficaces para amortiguar estos impactos. A través de asociaciones, los productores logran acceder a insumos, asistencia técnica, financiamiento y canales de comercialización que serían inaccesibles de forma individual. Sin embargo, el Estado también debe cumplir un rol más activo, garantizando políticas públicas inclusivas que protejan a este segmento clave del agro. La seguridad alimentaria, la estabilidad social y la sostenibilidad ambiental dependen en gran parte de estos agricultores.

 

Precios internacionales y dinámica del mercado global

El mercado internacional del café ha mostrado en 2025 una dinámica favorable en términos de precios, debido a la combinación de oferta limitada y demanda sostenida. Las caídas productivas en varios países productores, incluido Brasil, han reducido los inventarios globales, mientras que el consumo se ha mantenido alto, especialmente en países asiáticos. Este contexto ha permitido que, a pesar de menores volúmenes, los ingresos por exportación no se vean severamente afectados.

No obstante, el mercado del café es altamente volátil y sensible a noticias climáticas, cambios en políticas comerciales o fluctuaciones en los precios de transporte. Por ello, los exportadores y productores deben mantener una vigilancia constante de los indicadores internacionales, diversificar mercados de destino y explorar contratos a futuro que reduzcan el riesgo de caídas abruptas de precio. La profesionalización del comercio cafetero es tan importante como el aumento de la productividad en finca.

 

Perspectivas para el segundo semestre: cautela y preparación

De cara al segundo semestre de 2025, las perspectivas para el sector cafetero son mixtas. Por un lado, se espera que las lluvias comiencen a moderarse, permitiendo retomar la cosecha en zonas atrasadas y mejorar la logística. Por otro, la posibilidad de nuevos eventos climáticos no puede descartarse, especialmente con un escenario global de El Niño en evolución. Las autoridades meteorológicas y agrícolas han instado a los productores a prepararse con medidas de mitigación y a estar atentos a los reportes semanales de clima.

La consolidación del crecimiento semestral dependerá de la capacidad del sector para mantener el ritmo exportador y garantizar la calidad del grano. También será importante asegurar liquidez para los productores, evitar pérdidas poscosecha y fortalecer los sistemas de aseguramiento. En este contexto, el apoyo de la banca de desarrollo, los programas de asistencia técnica y los fondos climáticos cobra especial relevancia. El café sigue siendo uno de los pilares del agroexportador nacional, pero su futuro requiere políticas ágiles y visión de largo plazo.

 

Conclusión: entre la adversidad climática y la resiliencia estructural

La caída del 22 % en la producción de café durante junio de 2025 pone de relieve la vulnerabilidad del sector ante eventos climáticos extremos. Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones y el balance semestral positivo muestran que existe una estructura resiliente, capaz de adaptarse y sostener su papel económico. El desafío está en profundizar las estrategias de adaptación, fortalecer a los pequeños productores y garantizar un entorno propicio para la innovación y la sostenibilidad.

El café no es solo un producto de exportación: es una expresión cultural, una fuente de empleo y un ecosistema en sí mismo. La manera en que el país responda a este episodio climático será clave para determinar el rumbo del sector en los próximos años. Si se logra convertir la crisis en una oportunidad para modernizar, diversificar y fortalecer la caficultura, el café seguirá siendo un símbolo de identidad y desarrollo en medio de un mundo cambiante.

Contacto comercial del país ColombiaColombia

Contacto comercial del país ChileChile

Contacto comercial del país MexicoMexico

Contacto comercial del país ColombiaColombia