El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), anunció la activación de un plan de emergencia sanitaria tras la detección de un nuevo caso del gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) en el estado de Nuevo León, cerca de la frontera con Estados Unidos.
El hallazgo, confirmado por laboratorios especializados, encendió las alertas en el sector ganadero nacional debido al riesgo que representa esta plaga para la salud animal, la productividad pecuaria y el comercio internacional de carne y animales vivos.
Fecha:Monday 20 Oct de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
El gusano barrenador americano es una larva de mosca que infesta heridas en animales de sangre caliente, incluyendo bovinos, ovinos, porcinos y, en algunos casos, humanos. La hembra deposita sus huevos en la piel lesionada y las larvas se alimentan del tejido vivo, provocando lesiones graves, infecciones secundarias y, en casos extremos, la muerte del animal.
Aunque México fue declarado libre del gusano barrenador en 1991, este nuevo brote evidencia un riesgo de reintroducción de la plaga, posiblemente asociada al movimiento de animales desde regiones fronterizas del sur de Estados Unidos, donde también se han registrado casos esporádicos.
El país mantiene desde hace décadas un programa binacional México–EE.UU. de Erradicación del Gusano Barrenador, reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que utiliza técnicas de control biológico, como la liberación de moscas estériles, para prevenir su propagación.
Ante la detección del caso en Nuevo León, SENASICA activó un protocolo sanitario nacional, que incluye:
Cuarentena inmediata en la zona afectada, con restricción al movimiento de animales.
Revisión clínica y muestreo de ganado en municipios colindantes.
Desinfección de instalaciones, corrales y medios de transporte.
Monitoreo intensivo con trampas de feromonas para detectar la presencia de adultos.
Campañas informativas dirigidas a productores, veterinarios y transportistas para la detección temprana de síntomas.
Además, se suspendieron temporalmente las exportaciones de ganado en pie desde el área afectada hasta garantizar la erradicación del foco.
El director general de SENASICA, Francisco Trujillo Arriaga, señaló que el caso fue aislado y que “la respuesta inmediata busca evitar cualquier diseminación y proteger el estatus sanitario del país, fundamental para mantener la confianza de nuestros socios comerciales”.
México es uno de los principales exportadores de carne y ganado en América Latina. En 2024, el país exportó más de 420 000 cabezas de ganado bovino y 340 000 toneladas de carne principalmente a Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, generando ingresos por encima de US$ 2 500 millones.
Un brote de gusano barrenador podría afectar temporalmente las exportaciones, debido a las exigencias sanitarias de los mercados internacionales. Países como EE.UU. y Canadá aplican restricciones inmediatas cuando se detectan plagas o enfermedades zoonóticas en regiones proveedoras.
El economista agropecuario Ricardo Márquez advirtió que, aunque el impacto inicial podría ser limitado, “una respuesta lenta o una mala gestión del brote podría comprometer la reputación sanitaria del país y generar pérdidas multimillonarias en exportaciones”.
La SADER informó que, en coordinación con los gobiernos estatales, se desplegarán brigadas veterinarias de emergencia para brindar apoyo técnico y económico a los productores afectados.
También se reforzará el control de fronteras y puntos de inspección zoosanitaria en los estados de Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua, para evitar la propagación hacia otras regiones ganaderas del norte.
Se intensificarán las campañas de comunicación dirigidas al sector pecuario, orientando a los ganaderos sobre cómo identificar las lesiones típicas del gusano barrenador y la importancia de reportar cualquier caso sospechoso de forma inmediata.
Además, el programa binacional con EE.UU. incrementará la liberación aérea de moscas estériles, una técnica probada que reduce la reproducción del insecto en zonas fronterizas.
El gusano barrenador fue erradicado de México en 1991 gracias a una de las operaciones sanitarias más exitosas de la región. Sin embargo, el calentamiento global, el comercio transfronterizo y los movimientos de ganado han incrementado las probabilidades de su reintroducción.
Desde entonces, México y Estados Unidos han mantenido una cooperación técnica constante, con centros de control en Chiapas y Panamá, que sirven como barreras biológicas para evitar la expansión hacia el norte y el sur del continente.
En 2025, ambos países reafirmaron su compromiso de mantener a América libre del gusano barrenador, destacando que la vigilancia epidemiológica es una prioridad compartida.
El nuevo caso de gusano barrenador en Nuevo León representa una alerta temprana sobre los riesgos latentes que enfrenta la sanidad animal en México.
La respuesta rápida de las autoridades y la cooperación binacional demuestran la importancia de la bioseguridad como eje central del desarrollo agropecuario y del comercio internacional.
A mediano plazo, el desafío será reforzar la vigilancia y destinar mayores recursos al control de plagas y enfermedades emergentes, en un contexto de cambio climático y creciente movilidad de animales y mercancías.
México, que durante más de tres décadas ha sido ejemplo en control sanitario pecuario, busca ahora mantener ese prestigio enfrentando con eficacia una amenaza que recuerda lo frágil que puede ser la frontera entre la seguridad zoosanitaria y la vulnerabilidad económica.