En junio de 2025, México reactivó en Chiapas una planta clave para producir moscas estériles y combatir el gusano barrenador del ganado, una plaga que amenaza la sanidad animal y el comercio agropecuario. Con apoyo de Estados Unidos y una inversión de 21 millones de dólares, el proyecto busca evitar su propagación desde Centroamérica. Esta estrategia biológica permitirá liberar hasta 100 millones de insectos por semana. La medida refuerza la bioseguridad ganadera, protege a pequeños productores y previene pérdidas millonarias. Además, fortalece la cooperación regional en salud agropecuaria. México reafirma así su compromiso con un campo más seguro y sostenible.
Fecha:Friday 20 Jun de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
En una medida histórica de cooperación sanitaria y agropecuaria, los gobiernos de México y Estados Unidos anunciaron la reapertura de la planta de producción de moscas estériles del gusano barrenador del ganado en Metapa de Domínguez, Chiapas. Con una inversión inicial conjunta de 21 millones de dólares, el proyecto busca controlar la reaparición de esta peligrosa plaga que amenaza la salud animal, la seguridad alimentaria y el comercio binacional.
El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) es una larva que se alimenta del tejido vivo de animales de sangre caliente, provocando lesiones severas, infecciones y, en casos extremos, la muerte del animal. Se considera una de las plagas más devastadoras para el sector ganadero.
Aunque había sido erradicado del continente norteamericano gracias a un programa regional en las décadas pasadas, nuevos brotes detectados en Centroamérica y el sur de México han encendido las alarmas. La reactivación de la planta representa un esfuerzo preventivo para evitar que el gusano vuelva a extenderse hacia el norte.
El anuncio fue realizado por autoridades del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), quienes reafirmaron que esta colaboración responde al principio de “una sola salud”: proteger al mismo tiempo la salud animal, humana y ambiental.
“La reapertura de esta planta no solo es una inversión en sanidad, es una inversión en el futuro de la ganadería mexicana y en la estabilidad de las exportaciones hacia Estados Unidos”, expresó Francisco Ramírez, director de Salud Animal del SENASICA.
El programa emplea la llamada Técnica del Insecto Estéril (TIE). Consiste en criar millones de moscas macho en un laboratorio, esterilizarlas mediante radiación, y luego liberarlas en áreas controladas. Al aparearse con hembras silvestres, estas no pueden producir descendencia, lo que reduce gradualmente la población de la plaga.
Con la reapertura, la planta en Chiapas tendrá capacidad de producir hasta 100 millones de moscas estériles por semana, que serán liberadas en franjas sanitarias del sur de México, Belice y Guatemala.
La ganadería representa más del 40 % del valor agrícola bruto en los estados del sur de México, y es una fuente clave de empleo rural. De acuerdo con la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), una infestación masiva del gusano barrenador podría causar pérdidas de hasta 1.000 millones de pesos anuales, afectando principalmente a pequeños productores.
Además, la amenaza de la plaga compromete los estándares sanitarios exigidos por Estados Unidos y otros socios comerciales, lo que podría afectar la exportación de carne, pieles y productos animales si no se actúa con rapidez.
El programa incluye también vigilancia epidemiológica, campañas de sensibilización a productores y la creación de un “cordón sanitario biológico” entre México y Guatemala. Se espera que la planta también apoye al proyecto regional liderado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la FAO, que buscan la erradicación del gusano barrenador en toda Centroamérica.
La reapertura de la planta de moscas estériles en Chiapas marca un hito en la bioseguridad agropecuaria de México, reflejando la importancia de la cooperación internacional para enfrentar amenazas comunes. Con este paso, México no solo protege su ganadería, sino que reafirma su compromiso con el comercio seguro, la sostenibilidad y la salud animal en la región.