El 24 de junio, Brasil y Nigeria firmaron un acuerdo por USD 1 000 millones para impulsar la mecanización agrícola, formación técnica y creación de centros de servicios en seis regiones. El programa busca transformar la agricultura nigeriana, aumentar la seguridad alimentaria y fortalecer la economía rural. La cooperación abre un nuevo capítulo en las relaciones Sur–Sur. Se espera un fuerte impacto productivo y social hacia 2030.
Fecha:Tuesday 01 Jul de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
Durante una visita oficial del vicepresidente brasileño a Abuja, las dos naciones formalizaron un convenio de gran alcance destinado a reconfigurar la estructura agraria nigeriana. Con una inversión de mil millones de dólares, el acuerdo representa una de las mayores iniciativas de cooperación agrícola entre países del hemisferio sur. El proyecto fue presentado como una herramienta para reducir la pobreza rural, profesionalizar la producción y asegurar el abastecimiento de alimentos en un contexto de presiones globales.
Este acuerdo forma parte del programa “Green Imperative”, una estrategia de largo plazo orientada a introducir tecnología, infraestructura y formación en todos los niveles del sistema agroalimentario. Las autoridades de ambos países enfatizaron que esta alianza es reflejo de una visión compartida de desarrollo sostenible y cooperación mutua.
Mecanización de cultivos
Uno de los pilares del programa será la entrega de maquinaria agrícola moderna, como tractores, sembradoras, cosechadoras y equipos de riego, con el objetivo de sustituir prácticas manuales ineficientes y aumentar la productividad de los campos nigerianos. Esto incluye también el mantenimiento técnico y los repuestos necesarios para garantizar un funcionamiento continuo en zonas rurales.
Capacitación y formación técnica
El programa contempla la formación de más de 40 mil agricultores, técnicos y operadores, quienes recibirán capacitación en el uso eficiente de las máquinas, conservación de suelos, técnicas de cultivo intensivo, gestión de fincas y prácticas de poscosecha. Se busca profesionalizar al sector rural e instalar capacidades locales que perduren más allá de la asistencia inicial.
Centros regionales de servicios agrícolas
Se establecerán centros estratégicos en las seis regiones administrativas del país, que funcionarán como núcleos de acopio, formación, asistencia técnica y distribución. Estos centros estarán dotados de personal calificado y facilitarán el acceso a maquinaria, servicios logísticos y asesoría empresarial, conectando a pequeños productores con mercados y financiamiento.
Uno de los principales desafíos que enfrenta Nigeria es la inseguridad alimentaria, que afecta a millones de personas cada año debido a bajos niveles de productividad, dependencia de importaciones y sistemas ineficientes de distribución. Con esta iniciativa, se espera revertir la tendencia y aumentar la oferta interna de alimentos básicos como arroz, maíz, yuca y hortalizas.
La agricultura, al transformarse en una actividad más técnica y comercial, podrá responder de forma más efectiva a la demanda interna, estabilizar los precios y reducir las brechas de acceso a alimentos en las regiones más vulnerables. Además, el incremento en la producción nacional permitirá ahorrar divisas actualmente destinadas a importaciones.
El componente agroindustrial del acuerdo incluye la instalación de plantas de procesamiento a pequeña y mediana escala en zonas rurales. Esto busca reducir las pérdidas poscosecha, añadir valor a los productos locales y generar empleos en las comunidades. Los productos transformados podrán ser vendidos en mercados urbanos o exportados a países vecinos.
El plan se enfoca también en diversificar la producción agrícola, impulsando cultivos con alto potencial comercial, como cacao, soja, sorgo y algodón. Estas iniciativas contribuirán a dinamizar la economía rural y a generar excedentes productivos para el comercio regional e internacional.
El acuerdo entre Brasil y Nigeria se enmarca en una política activa de integración y colaboración entre países emergentes. A través de esta cooperación Sur–Sur, se busca compartir conocimientos técnicos, experiencias exitosas y soluciones adaptadas a realidades similares.
Brasil aporta al acuerdo su vasta experiencia en mecanización rural, desarrollo agrario y políticas de inclusión social, mientras que Nigeria, como potencia demográfica y económica en África, ofrece un terreno fértil para implementar modelos de desarrollo replicables en el continente.
Ambas naciones acordaron además avanzar en agendas comunes en foros internacionales sobre seguridad alimentaria, cambio climático y sostenibilidad agrícola, destacando su intención de liderar procesos de transformación estructural desde el sur global.
El programa se alinea con los planes estratégicos de Nigeria para alcanzar una economía de un trillón de dólares en los próximos cinco años. Dentro de ese marco, el agro es considerado un motor de crecimiento esencial, capaz de absorber empleo, generar divisas, alimentar a la población y dinamizar territorios marginados.
Los estudios preliminares proyectan un aumento significativo en los rendimientos agrícolas, reducción de costos por unidad producida y mejoras en la rentabilidad para pequeños productores. Además, se prevé un fuerte estímulo a la innovación tecnológica, al emprendimiento rural y al fortalecimiento de los sistemas agroalimentarios nacionales.
A pesar de los beneficios esperados, el éxito del programa dependerá de la capacidad institucional y logística de implementarlo adecuadamente. Existen desafíos estructurales como la tenencia de la tierra, la seguridad rural, la transparencia en la distribución de maquinaria y el fortalecimiento del capital humano.
Será clave garantizar que la maquinaria llegue efectivamente a los productores que más la necesitan y que los centros regionales sean gestionados con profesionalismo y visión de largo plazo. Además, se requerirá coordinación entre los gobiernos locales, actores privados y organizaciones campesinas para garantizar una implementación inclusiva y equitativa.
Una característica importante del acuerdo será la incorporación activa de mujeres rurales en los procesos de capacitación y producción. Las mujeres representan un porcentaje significativo de la fuerza laboral agrícola en Nigeria, y su inclusión es vital para lograr un desarrollo verdaderamente transformador.
Asimismo, se promoverá la participación de comunidades tradicionales, juventudes rurales y pueblos indígenas, buscando que el programa sea culturalmente pertinente, sustentable y respetuoso de las dinámicas locales.
El acuerdo prioriza el uso de tecnologías adaptadas al contexto africano: tractores de bajo consumo, equipos resistentes a climas tropicales, herramientas de conservación del agua, y soluciones digitales para monitoreo de cultivos. Esto permitirá maximizar los beneficios económicos sin comprometer el equilibrio ecológico de los territorios.
Se espera también que el programa impulse la creación de empresas tecnológicas locales, que ofrezcan servicios de mantenimiento, fabricación de repuestos, y soporte digital a los productores. Esta transferencia de conocimientos y capacidades será clave para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
El acuerdo agrícola entre Brasil y Nigeria marca un hito en la cooperación internacional moderna. Más allá de su cuantía, se trata de una apuesta estratégica por transformar el agro africano con herramientas concretas, visión compartida y participación comunitaria.
De implementarse de manera efectiva, esta alianza puede servir como modelo para otras naciones del sur global que buscan construir sistemas agroalimentarios más resilientes, productivos y justos. La mecanización, la capacitación y la integración institucional serán los pilares de una nueva etapa para la agricultura nigeriana y para las relaciones entre Brasil y África.