En julio de 2025, Brasil registró una caída del 1,01 % en el precio del café al consumidor, marcando la primera baja en 18 meses, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Este descenso responde a una cosecha 2025 más productiva de lo esperado en Minas Gerais, Espírito Santo y São Paulo, favorecida por condiciones climáticas estables y lluvias oportunas. La estabilización de los precios internacionales y la apreciación del real frente al dólar también contribuyeron a reducir costos de producción e importación de insumos. Para los consumidores, esta disminución representa un alivio, dado que el café es parte esencial de la dieta diaria del 97 % de los adultos brasileños. Sin embargo, los productores enfrentan el reto de mantener la rentabilidad ante costos operativos aún elevados. El sector confía en que, si el clima se mantiene favorable, los precios podrían seguir moderándose en el segundo semestre, consolidando a Brasil como líder mundial del café.
Fecha:Tuesday 12 Aug de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
En un giro inesperado para consumidores y productores, los precios del café al consumidor en Brasil experimentaron en julio de 2025 una disminución del 1,01 %, marcando la primera baja en un periodo de 18 meses. El dato, divulgado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), refleja un cambio de tendencia tras una prolongada escalada impulsada por la presión inflacionaria, los altos costos de producción y las fluctuaciones climáticas.
De acuerdo con analistas del sector, esta reducción se debe a la recuperación de la oferta interna luego de la casi finalización de la cosecha 2025, que presentó resultados mejores de lo esperado en regiones clave como Minas Gerais, Espírito Santo y São Paulo.
El ciclo productivo se benefició de condiciones climáticas favorables, con lluvias regulares y temperaturas estables que favorecieron el desarrollo del grano, reduciendo el riesgo de pérdidas por sequías o heladas, problemas recurrentes en temporadas anteriores.
Adicionalmente, la estabilización de los precios internacionales y la ligera apreciación del real frente al dólar en el último trimestre ayudaron a moderar los costos de importación de insumos y a aliviar la presión sobre la cadena de producción.
La baja, aunque modesta, representa un respiro para millones de hogares brasileños, dado que el café es uno de los productos más consumidos del país. Según datos de la Asociación Brasileña de la Industria de Café (ABIC), el 97 % de la población adulta consume café diariamente, con un promedio de 839 tazas por persona al año.
Para las familias de ingresos bajos y medios, cualquier reducción en el precio del café puede liberar recursos para otros gastos esenciales, especialmente en un contexto de inflación acumulada que supera el 5 % anual.
El descenso en el precio interno podría influir en la competitividad de Brasil en el mercado externo, ya que el país es el mayor exportador de café del mundo, abasteciendo a destinos como Estados Unidos, Europa y Asia.
Sin embargo, persisten incertidumbres: la reciente imposición de un arancel del 50 % por parte de Estados Unidos a varias importaciones brasileñas genera inquietud entre exportadores, aunque por ahora el café no ha sido incluido en la lista de productos afectados.
Los productores han recibido la noticia con sentimientos mixtos. Mientras que la buena cosecha y la mejora de la oferta son motivo de satisfacción, la caída de precios plantea retos para los márgenes de rentabilidad, sobre todo para los pequeños caficultores.
“Es positivo que el consumidor pague menos, pero necesitamos garantizar que el productor reciba un valor justo por su trabajo. Los costos de fertilizantes, mano de obra y transporte siguen altos”, señaló Silas Machado, presidente del Consejo Nacional del Café (CNC).
Para enfrentar este escenario, el sector aboga por fortalecer programas de apoyo financiero, diversificación de cultivos y adopción de tecnologías que permitan aumentar la eficiencia productiva y la calidad del grano, asegurando así la competitividad de Brasil frente a otros gigantes cafeteros como Colombia y Vietnam.
Los especialistas coinciden en que la tendencia de precios dependerá de la estabilidad climática en los próximos meses, del comportamiento de la demanda internacional y de la evolución de las tensiones comerciales. Si las condiciones actuales se mantienen, es posible que los precios al consumidor continúen moderándose durante el segundo semestre, aunque no se prevén caídas drásticas.
La ABIC estima que la producción 2025 podría superar los 65 millones de sacos, lo que consolidaría a Brasil como líder indiscutible del mercado global y le permitiría mantener una balanza positiva tanto en exportaciones como en abastecimiento interno.
Conclusión:
La caída en los precios del café al consumidor, aunque moderada, es un hecho significativo para la economía brasileña y para un sector que es parte de la identidad cultural y productiva del país. Este respiro para los bolsillos de los brasileños llega en un momento clave, reforzando la esperanza de un mercado más equilibrado y sostenible para productores, distribuidores y consumidores.