El Ministerio de Minas y Energía de Colombia anunció una inversión de US$ 2 millones para aplicar tecnologías nucleares pacíficas en el sector agrícola, marcando un hito en la modernización del agro colombiano. Este proyecto, desarrollado junto a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), busca fortalecer la productividad, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria del país. Las aplicaciones incluyen la irradiación de alimentos, el mejoramiento genético de cultivos y el control biológico de plagas sin pesticidas. Además, se instalarán laboratorios de irradiación agrícola en Tolima, Meta y Valle del Cauca, beneficiando a más de 20.000 productores rurales. Con esta apuesta científica, Colombia se posiciona como líder regional en agricultura sostenible e innovación tecnológica.
El Ministerio de Minas y Energía de Colombia (MinEnergía) dio un paso trascendental hacia la modernización del sector agropecuario al anunciar una inversión de US$ 2 millones destinada a desarrollar aplicaciones nucleares pacíficas en la agricultura, la ciencia y el medio ambiente. La iniciativa forma parte del programa nacional “Nuclear para el Desarrollo Sostenible”, impulsado en alianza con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena.
Esta inversión representa uno de los esfuerzos más ambiciosos del Gobierno colombiano por incorporar ciencia avanzada y tecnología nuclear al servicio del desarrollo rural, fortaleciendo la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la competitividad de la agricultura nacional.
Según explicó la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, el objetivo del programa es aprovechar las aplicaciones nucleares no energéticas —es decir, aquellas que no se utilizan para generación eléctrica— para mejorar la productividad agrícola, aumentar la resiliencia climática y reducir el uso de químicos contaminantes.
“La energía nuclear no solo sirve para producir electricidad. En la agricultura, puede emplearse para desarrollar cultivos más resistentes, controlar plagas sin pesticidas y extender la vida útil de los alimentos. Este es el tipo de innovación que necesita el campo colombiano para competir en un mundo cada vez más exigente”, señaló Vélez.
Entre las aplicaciones más relevantes que financiará el programa se destacan:
El proyecto se desarrollará en coordinación con la AIEA y con instituciones nacionales como el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto de Ciencias Nucleares y Energías Alternativas (ICNEA) y varias universidades públicas.
El programa incluirá capacitación especializada para técnicos e investigadores colombianos en temas de seguridad radiológica, biotecnología nuclear y gestión ambiental, así como la instalación de laboratorios de irradiación agrícola en las regiones de Tolima, Meta y Valle del Cauca, principales polos de producción agrícola del país.
“Queremos democratizar la ciencia nuclear y ponerla al servicio del campo. Esto no se trata de construir reactores, sino de usar la radiación de manera controlada para mejorar la vida de los productores rurales”, explicó Camilo Franco, director de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
El uso de radiación controlada en la agricultura tiene múltiples beneficios prácticos que podrían transformar la producción agrícola en Colombia:
El proyecto prevé beneficiar inicialmente a más de 20.000 productores agrícolas de zonas rurales, con énfasis en mujeres rurales, comunidades indígenas y campesinos afectados por el cambio climático.
A nivel internacional, más de 60 países aplican tecnologías nucleares con fines agrícolas. En América Latina, Brasil, México, Chile y Argentina ya cuentan con programas de irradiación de alimentos y control biológico de plagas con apoyo del OIEA.
Con esta inversión, Colombia busca ponerse a la vanguardia regional en el uso responsable de la energía nuclear para el desarrollo sostenible.
“El futuro del agro pasa por la ciencia. La energía nuclear aplicada de forma pacífica puede ser una herramienta poderosa para garantizar la soberanía alimentaria y la competitividad exportadora”, afirmó Juan Camilo Restrepo, exministro de Agricultura y analista del sector.
Pese al entusiasmo por el anuncio, expertos advierten que el éxito del programa dependerá de la educación pública sobre seguridad nuclear y de una regulación clara que garantice su uso responsable.
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) trabajarán conjuntamente para supervisar las operaciones y asegurar que el manejo de radiaciones se realice bajo estándares internacionales de seguridad.
Asimismo, el Gobierno prevé crear un fondo rotatorio de innovación agro-nuclear para financiar startups y proyectos de investigación en biotecnología, fitosanidad y sostenibilidad energética.
Con esta inversión, Colombia da un paso firme hacia la agricultura del futuro, donde la ciencia y la sostenibilidad convergen para enfrentar los desafíos del cambio climático, la pérdida de productividad y la seguridad alimentaria.
El proyecto “Nuclear para el Agro Sostenible” no solo representa una oportunidad tecnológica, sino también una apuesta por dignificar el campo colombiano, modernizar su producción y posicionar al país como referente latinoamericano en innovación agrícola.