Argentina proyecta una inversión récord de USD 13.915 millones para la campaña agrícola 2025/26, con 37,8 millones de hectáreas sembradas. El maíz lidera con 9,7 millones de hectáreas, mientras que la soja reduce su superficie en un 7%. A pesar de desafíos como el alto precio del gasoil, presión tributaria y falta de financiamiento, los productores mantienen su apuesta por el agro. La inversión incluye insumos, maquinaria y tecnología. Se observa mayor diversificación de cultivos y adopción de prácticas sostenibles. El sector agrícola sigue siendo clave para las exportaciones y el desarrollo económico del país.
Fecha:Thursday 25 Sep de 2025
Gestor:INSTITUTO IDIAT
Argentina apuesta fuerte al agro: productores invertirán casi USD 14.000 millones en la campaña 2025/26
El campo argentino se prepara para una de las campañas agrícolas más ambiciosas de los últimos años. Según datos publicados el 24 de septiembre de 2025, los productores invertirán USD 13.915 millones en la campaña 2025/26, una cifra que marca un récord en la última década y refleja la confianza del sector en su capacidad productiva, a pesar de los desafíos económicos y climáticos que enfrenta el país.
La superficie proyectada para esta campaña alcanza los 37,8 millones de hectáreas, consolidando a Argentina como uno de los principales actores agrícolas a nivel mundial. El maíz será el protagonista, con 9,7 millones de hectáreas sembradas, lo que representa un crecimiento sostenido en comparación con años anteriores. Este aumento responde a su alta demanda internacional, su versatilidad como cultivo y su rentabilidad frente a otros granos.
En contraste, la soja, históricamente el cultivo estrella del país, verá una reducción del 7% en su área sembrada, debido a factores como la presión fiscal, los costos logísticos y la competencia por superficie con otros cultivos más rentables. Aun así, sigue siendo un componente clave en la matriz exportadora argentina.
La inversión de casi USD 14.000 millones incluye gastos en semillas, fertilizantes, maquinaria, tecnología, seguros agrícolas y logística. A pesar de la volatilidad económica, la inflación y las tensiones por las retenciones a las exportaciones, los productores apuestan por mantener la productividad y abastecer tanto el mercado interno como el externo.
Este esfuerzo financiero también refleja el impacto de nuevas herramientas digitales, agricultura de precisión y mejoras en infraestructura rural, que permiten optimizar recursos y aumentar los rendimientos por hectárea.
Además del maíz y la soja, otros cultivos como el trigo, girasol, cebada y sorgo también forman parte de la planificación de esta campaña. La diversificación busca reducir riesgos, adaptarse a las condiciones climáticas y responder a las demandas del mercado global.
En paralelo, se observa un crecimiento en prácticas sostenibles, como la rotación de cultivos, el uso de bioinsumos y la conservación de suelos, impulsadas por organizaciones rurales y políticas públicas que promueven la resiliencia agroecológica.
El sector agrícola representa más del 60% de las exportaciones argentinas, y es clave para la generación de empleo, el ingreso de divisas y el desarrollo de economías regionales. Esta campaña se perfila como una oportunidad para consolidar la recuperación del agro tras años de sequías, restricciones comerciales y conflictos por políticas fiscales.
Los desafíos persisten: el precio del gasoil, la presión tributaria, la falta de financiamiento accesible y la incertidumbre política. Sin embargo, el compromiso del productor argentino sigue firme, apostando por el trabajo, la innovación y la productividad.