Una coalición conformada por agricultores emergentes y nuevas generaciones del campo estadounidense alertó que la falta de trabajadores temporales y estacionales está poniendo en riesgo la continuidad operativa de la producción agrícola del país.
El grupo exigió reformas inmediatas al programa de visas H-2A, utilizado para contratar trabajadores extranjeros, principalmente de México y Centroamérica, con el fin de garantizar la mano de obra necesaria para sembrar, cosechar y procesar alimentos.
La industria agrícola de Estados Unidos depende históricamente de trabajadores migrantes para cubrir labores intensivas en:
Cosecha de frutas y hortalizas
Manejo de plantaciones
Preparación de suelos y siembra
Empaque y procesamiento de alimentos
Sin embargo, en los últimos años, la oferta de trabajadores estacionales es insuficiente debido a:
Mayor fiscalización y trabas migratorias
Costos laborales crecientes
Falta de personal disponible en zonas rurales
Mayor preferencia de los jóvenes por empleos urbanos
Como resultado, miles de hectáreas están en riesgo de no ser cosechadas a tiempo, lo que podría provocar graves pérdidas económicas.
El programa H-2A permite a los agricultores contratar trabajadores temporales extranjeros, pero los productores aseguran que:
La burocracia retrasa los procesos
Los plazos de aprobación no se ajustan al ritmo agrícola
Los costos administrativos son difíciles de asumir para pequeños productores
La ausencia de estabilidad afecta la planificación de cosechas
La coalición solicitó al Congreso que las reformas se enfoquen en:
✅ Simplificar la gestión y tiempos de respuesta
✅ Reducir costos para el agricultor
✅ Garantizar una cuota estable de trabajadores
✅ Mejorar condiciones para los trabajadores migrantes
Estados Unidos es uno de los mayores productores de alimentos del mundo.
La escasez de mano de obra puede derivar en:
Reducción de volúmenes de producción
Aumento de precios al consumidor
Mayores importaciones de alimentos
Pérdida de competitividad frente a países como México, Canadá y Brasil
Representantes agrícolas advierten que, si no se actúa pronto, la cadena alimentaria estadounidense enfrentará tensiones cada vez mayores en suministro y costos.
Grandes y pequeños agricultores coinciden en que el sistema actual no es sostenible.
Incluso los estados más agrícolas del país —California, Florida, Texas y Washington— reportan dificultades crónicas para contratar personal suficiente durante los picos de cosecha.
“Sin trabajadores, no hay alimentos”, citó uno de los voceros de la coalición, enfatizando la necesidad de inversión en políticas públicas que aseguren mano de obra agrícola en el largo plazo.
La escasez de trabajadores agrícolas se ha convertido en un riesgo estructural para Estados Unidos.
El debate sobre la mano de obra temporal ha dejado de ser solo una cuestión migratoria para convertirse en una prioridad económica y alimentaria.
El futuro del agro estadounidense dependerá de que se logre un equilibrio entre desarrollo agrícola, protección laboral e inmigración regulada, garantizando que los alimentos sigan llegando a la mesa de millones de hogares.