Ciempiés robóticos gigantes la nueva tecnología que revoluciona el control de malezas en el campo

Perú ha comenzado a probar ciempiés robóticos gigantes para combatir malezas en el campo sin usar químicos. Estos robots, inspirados en los ciempiés reales, utilizan inteligencia artificial y visión computarizada para eliminar hierbas no deseadas con alta precisión. La tecnología busca reducir el uso de herbicidas, aumentar la eficiencia agrícola y mejorar la sostenibilidad ambiental. Aunque aún presenta retos técnicos, representa un avance clave hacia la agroindustria 4.0 en el país.

Lima, 28 de mayo de 2025 — En medio de la búsqueda global por una agricultura más sostenible, precisa y eficiente, el Perú se une a la vanguardia tecnológica con la incorporación de una innovación que parece sacada de una película de ciencia ficción: los ciempiés robóticos gigantes, diseñados para eliminar malezas de forma autónoma, sin químicos y con una precisión quirúrgica.

Estos dispositivos, que ya están siendo probados en campos de cultivo del norte y sur del país, prometen transformar la forma en que los agricultores enfrentan uno de los mayores desafíos de la agricultura tradicional: el control de las malas hierbas que compiten por nutrientes, reducen los rendimientos y elevan los costos operativos.

¿Qué son los ciempiés robóticos?

Inspirados en la estructura articulada y flexible de los ciempiés reales, estos robots están compuestos por múltiples módulos interconectados que les permiten adaptarse al terreno, desplazarse entre hileras de cultivos y maniobrar con precisión milimétrica. Cada segmento cuenta con sensores, cámaras, brazos mecánicos y unidades de control capaces de identificar y eliminar malezas sin afectar a las plantas deseadas.

Desarrollados inicialmente por startups agro-tecnológicas europeas y asiáticas, estos robots han llegado al Perú gracias a programas de transferencia tecnológica apoyados por universidades, centros de investigación y empresas privadas que ven en esta innovación una herramienta clave para reducir el uso de agroquímicos y mejorar la rentabilidad del sector.

Agricultura sin herbicidas: un cambio de paradigma

Uno de los principales atractivos de esta tecnología es su capacidad para controlar malezas sin necesidad de herbicidas, lo que representa una respuesta directa a la creciente preocupación ambiental y sanitaria por el uso intensivo de químicos en la agricultura. Según el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), en el Perú se aplican anualmente más de 10 mil toneladas de herbicidas, muchos de ellos con efectos adversos sobre el suelo, el agua y la salud humana.

Con los ciempiés robóticos, las malezas son identificadas mediante visión computarizada y algoritmos de inteligencia artificial, que aprenden a distinguir entre plantas útiles y perjudiciales. Una vez detectadas, son cortadas, desarraigadas o incluso eliminadas con pulsos eléctricos de alta frecuencia, sin perturbar el entorno agrícola.

Además, estos robots pueden trabajar de noche, no se ven afectados por la fatiga humana y generan datos valiosos para el análisis de cultivos, como patrones de crecimiento, humedad del suelo y presencia de plagas.

Impacto en la agricultura familiar y comercial

Si bien la tecnología es todavía costosa en términos iniciales, su adopción está siendo impulsada mediante subsidios, créditos especiales y programas piloto en regiones agrícolas como Ica, Piura, Lambayeque y Arequipa. Las primeras pruebas han mostrado resultados prometedores: reducción del 90% en el uso de herbicidas, incremento del rendimiento en más de un 15% y ahorro significativo en horas-hombre dedicadas al deshierbe manual.

Los agricultores familiares, que representan cerca del 80% de las unidades productivas del país, ven con interés la posibilidad de contar con servicios compartidos o cooperativas que alquilen o roten estos robots, democratizando su acceso. “Esta tecnología puede ser lo que la maquinaria fue para la revolución agrícola del siglo XX”, afirma Raúl Bendezú, director del Centro de Innovación Rural en Cusco.

Retos y oportunidades

No todo son ventajas inmediatas. Los ciempiés robóticos requieren conectividad estable, mantenimiento técnico especializado y condiciones de cultivo que permitan su desplazamiento. Algunos tipos de cultivo aún presentan dificultades para su implementación, como el maíz en pendientes pronunciadas o cultivos andinos en terrazas.

Además, su incorporación exige capacitar a los agricultores en nuevas habilidades digitales, interpretar datos y gestionar equipos automatizados. Para ello, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) ha iniciado una estrategia nacional de “alfabetización tecnológica rural”, con talleres, módulos móviles y alianzas con universidades.

En paralelo, instituciones como la Universidad Nacional Agraria La Molina y el CITE Agroindustrial están adaptando los robots a condiciones climáticas y topográficas locales, desarrollando versiones más livianas, resistentes a la humedad y con interfaces en lenguas originarias.

Visión de futuro

La aparición de los ciempiés robóticos representa una nueva frontera en la agricultura peruana. Más allá del combate contra las malezas, estos dispositivos podrían evolucionar para realizar múltiples tareas como la siembra de precisión, fertilización microdosificada o monitoreo de salud vegetal mediante espectros infrarrojos.

En un contexto donde el cambio climático, la presión sobre los recursos naturales y la necesidad de producir más con menos son desafíos cada vez más urgentes, esta innovación se perfila como un símbolo del agro del futuro: automatizado, inteligente y en armonía con el entorno.

Perú, tradicionalmente visto como una potencia agrícola por su biodiversidad y calidad de productos, da así un paso firme hacia la agroindustria 4.0. Y lo hace, sorprendentemente, con la ayuda de un ciempiés robótico gigante.